domingo, 18 de noviembre de 2007

Leptospirósis en acción

La República Dominicana se ha visto amenazada por una secuela de enfermedades tras el paso de la devastadora tormenta tropical “Noel”, la cual anegó y dejó incomunicadas a varias provincias del país, incluido el Distrito nacional.

El brote epidémico que actualmente está cobrando vidas es la “Leptospirósis”, enfermedad causada por la orina de animales, principalmente por las ratas contaminas con leptóspira. Y es que hasta el momento las autoridades han informado de 132 casos y alrededor de 20 personas muertas a causa de la ingesta de alimentos contaminados o por contacto directo en la piel cortada.

Las autoridades de Salud Pública ya están tomando las medidas necesarias, según declaraciones públicas de su titular, el doctor Bautista Rojas Gómez, para controlar el brote en los lugares donde afectó más la tormenta. Aunque, en principio, como siempre, la actuación fue un poco lenta, las autoridades de salud están repartiendo raticidas y alertando a la población de cómo hacer para evitar el contagio de esta mortífera enfermedad.

A juzgar, de que somos un país vulnerable a enfermedades de todo tipo, se ha sumado un factor natural, las continuas lluvias, que dificulta las labores de prevención, puesto que todavía existen comunidades anegadas, personas desaparecidas y animales muertos.

Las medidas que se han tomado son buenas, pero hace falta más, no solo se debe repartir raticidas en los lugares más afectados, sino en todo el país, además de que las autoridades deben lanzar una fuerte campaña a nivel nacional, por todos los medios de comunicación, incluidas visitas en células o individual, casa por casa, de jóvenes orientando a la población.

Asimismo, el gobierno central debe asignar el presupuesto que sea necesario, tanto a Salud Pública, como a instituciones públicas y privadas que trabajan con la solución y prevención de enfermedades, para mitigar este y otros brotes que puedan aparecer a causa de esta calamidad nacional.








sábado, 3 de noviembre de 2007

El hoyo de Diandino

El Metro de Santo Domingo es una “mega obra” del actual presidente Leonel Fernández, el cual ha levantado suspicacia en la mayoría del pueblo, y ha sido y todavía lo es y será, por mucho tiempo, objeto de discusión en la opinión pública nacional.

El costo del “hoyo de Diandino”, como le llaman mucho, es un enigma. Lo primero es, que no se le ha informado al pueblo realmente cuánto se ha llevado y se llevará en su fase final el tan ansiado y controversial proyecto. Además, de la inversión que el Estado debe hacer para adquirir los vagones que pondrán a funcionar en esos rieles, pues paradójicamente en el mes de enero se llamó a licitación pública y dos compañías internacionales, Bombardier Transportation, de Canadá, una de las compañías de mayor prestigio mundial en la fabricación de trenes; y Ansaldo Breda, de Brasil, fueron convocadas por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) en licitación privada, según un diario de circulación nacional.

El misterio continua, ¿por qué la negativa del director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), Diandino Peña, de no suministrar las copias del plano y el estudio de suelo del metro al comunicador Huchi Lora? Asimismo, no se puede dejar de mencionar, los derrumbes que se han producido en algunos puntos en donde se llevan a cabo las excavaciones entre otras cosas, muy cuestionadas por críticos y opositores al proyecto.

Al Metro de Santo Domingo, también se le ha llamado “El Traga Moneda”, ¿por qué será? Bueno, ya todos sabemos sobre las transferencias que imprudentemente hizo el presidente Leonel Fernández de las secretarias de Educación y Salud Pública, además del elevado presupuesto asignado al metro en comparación al de estas dependencias, las cuales son básicas para alcanzar la modernidad que tanto anhela el actual presidente Fernández.

Sin lugar a dudas, el “Hoyo de Diandino” o mejor dicho, el Metro de Santo Domingo, será de provecho para una porción de la población, no para la mayoría en sentido geométrico, pero ¿Resolverá el caos imperante en el transporte? ¿A qué costo llegaremos a la modernidad? ¿No es mejor una buena educación y salud que montarse en un costoso y ambicioso tren?

Sería bueno recordar al presidente Leonel el concepto de “modernidad”, que la modernidad de la que tanto habla comienza por la educación y la salud y no por “mega infraestructuras”.

Quien sabe si algún día sabremos el costoso contenido de esta misteriosa obra, que cada día se vuelve más enigmática gracias a “Diandi” y Leonel.